El Ayuntamiento de El Rosario, a través de la Concejalía de Limpieza y Recogida de Residuos que dirige la edil Soledad Negrín, ha repartido más de 2.000 artículos (entre ceniceros, bolsas de rafia reutilizables y kits para la recogida y limpieza de las deposiciones de animales) en las playas y zonas de costa del litoral rosariero. Este reparto forma parte de la campaña «Juega Limpio» con la que se pretende concienciar e informar a la población sobre la importancia de mantener limpios los espacios públicos del municipio. Debido a la campaña estival, las playas de La Nea y Radazul y las zonas del litoral de Tabaiba y Bocacancagrejo han tenido una atención especial. De esta forma, se duplicó el número de papeleras existentes en las playas de Radazul, pasando de cinco a diez, y se repartieron mil unidades de unos pequeños ceniceros portátiles para evitar la contaminación de las playas en Bocacangrejo, Tabaiba, Costanera, Radazul y La Nea. Por último, también se distribuyeron 500 dispensadores de bolsas portátiles y botellas de agua entre los propietarios de perros.
Me parece estupendo la iniciativa «juega Limpio» para mantener las playas limpias y proteger nuestro océano, pero me gustaría añadir mi humilde opinión sobre las papeleras. Efectivamente era necesario ampliar el número de PAPELERAS porque es evidente su necesidad. Diariamente podemos verlas REBOSANDO DE BASURA hasta que cae al suelo y estamos en una ZONA DE MUCHO VIENTO. Lamentablemente esta basura que desborda de la papelera acaba en el mar o desperdigada por toda la zona. La posible solución a esta situación es poner TAPAS A LAS PAPELERAS para evitar el aspecto de suciedad y desorden que presentan nuestra costa.
Está claro que la inconsciencia ambiental de la gente y la poca educación en reciclaje es la mayor culpable, por eso creo que el ayuntamiento juega un papel importante aquí, pero como es evidente, esta educación toma su tiempo. Podría aportar una idea que, por muy básica que parezca, la gente por un simple cartel donde les indique una posible sanción por no llevarse su basura o tirarla en el contenedor antes de irse podría ayudar a conseguir un mayor respeto. Es triste, pero real.