Qué Visitar

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Levantada en lugar de la antigua ermita de Nª. Señora de La Esperanza, esta iglesia neocolonial es declarada parroquia en 1929, separándose de la de La Concepción (La Laguna). Su principal advocación es a San Juan Evangelista y en ella destaca la imagen de la patrona, del XVII.

Ermita clave en la creación del barrio de Machado. Sirvió de refugio a los peregrinos que iban a Candelaria y alberga un retablo protobarroco de 1672 y la virgen de El Rosario, talla barroca del XVII. Es de estilo canario, está declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y se erigió también por San Amaro.

Junto a la ermita de Machado y declarada BIC en 2003, estas ruinas, con grandes vistas del sur, esconden muchos mitos, como que pudieron acoger al corsario Amaro Pargo, que comerció con América en el XVIII y del que se dice que escondió un tesoro.

Uno de las vías históricas más importantes de la Isla, con alusiones desde el repartimiento de tierras del conquistador Fernández de Lugo, sigue sirviendo de acceso a Candelaria, fue declarada BIC en 2008 y muestra elementos etnográficos como las eras de trigo.

Es el único reducto de laurisilva, ubicado dentro de un casco urbano, existente en Canarias. Tiene una extensión de 25.397 metros cuadrados y alcanza una altitud entre 850 y 875 metros sobre el nivel del mar. Recibe este nombre por el adelantado Alonso Fernández de Lugo, que huía de la batalla de Acentejo, rumbo a Añaza.

Mirador desde el que se puede divisar una completa imagen del área metropolitana, del macizo de Anaga y, en la dirección contraria, del valle de Güímar. Está situado a una cota de 1.120 metros sobre el nivel del mar y se encuentra a la derecha, en sentido ascendente, de la TF-24, que conduce al Parque Nacional del Teide.

Una de las mayores áreas recreativas de la Isla. Se trata de un lugar de obligada visita para pasar un día en pleno monte. Se encuentra englobada en el Paisaje Protegido de Las Lagunetas y ofrece al visitante un amplio aparcamiento, 58 mesas con 54 fogones para cocinar, 10 fuentes de agua potable, zona de juegos para niños y zona de acampada.

Tras una profunda reforma, la playa de La Nea se ha convertido en un referente de arena negra dentro del área metropolitana. De fácil acceso, y mar generalmente en calma, la cala es ideal para el descanso. Su cercanía al puerto deportivo de Radazul la hace también muy atractiva para prácticas deportivas como el submarinismo.

Realizada aprovechando la existencia de uno de los populares charcos de la Isla en la línea de costa de Tabaiba. El cerramiento del perímetro permitió la creación de esta coqueta zona de baño, junto a la playa anexa de callaos y arena negra. Zona ideal para disfrutar del mar en un ambiente tranquilo. Es utilizada frecuentemente por los clubes de submarinismo para realizar los bautismos de mar. Fue objeto de una profunda renovación en 2018 dentro del programa insular «Tenerife y el Mar».

«El Peñón» es un remolcador que, tras 49 años faenando en el puerto de Santa Cruz, se hundió expresamente frente a la costa de Tabaiba, en 2006, para hacer las funciones de un arrecife artificial. El barco se encuentra a unos 25 metros de profundidad y es uno de los principales atractivos para el submarinismo en la Isla. El barco ha creado un ecosistema propio y se pueden ver a su alrededor viejas, fulas, etc., creando un nivel de flora y fauna inédito en la zona.

Infraestructura que ha tenido una evidente función estructurante en toda la urbanización y que ha permitido un desarrollo importante de la zona. El puerto es punto de encuentro de los amantes de la náutica de toda la Isla, donde se desarrollan frecuentes pruebas deportivas, tanto a vela como a motor. En su interior se encuentra el Club de Mar Radazul, fundado en 1980 y constituido para el fomento de las actividades deportivas, especialmente la vela ligera.

Une los núcleos de Radazul y Tabaiba. El sendero litoral se desarrolla en una longitud aproximada de 340 metros y, debido a las características orográficas de la zona, discurre por una de las terrazas naturales del terreno y siguiendo el deslinde del dominio público marítimo-terrestre. El ancho del camino es variable en función de la orografía y de los límites impuestos por edificaciones, pero estará comprendido entre 1,50 metros y 3,20 metros.